El periodismo es como la prostitución, se aprende en la calle. Esa es  la insigne frase que todos recuerdan de la película que Francisco Lombardi, quien acaba de presentar estrenar Ella, llevó al cine gracias a la genial obra de Alberto Fuguet: Tinta Roja.

Sin duda, una película-manual de todo aquel que pretende inmiscuirse en la vorágine de un medio escrito.

La historia es bastante conocida. Un muchacho practicante para periodista (Alfonso) llega a la redacción de un periódico sensacionalista (El Clamor). Su jefe (Faundez) es un mujeriego, el fotógrafo (Escalona) sólo habla cuando toma fotos y al chofer de la unidad móvil (Ortega) le gusta citar a personajes famosos de la literatura y la política. El sinuoso y bohemio mundo del periodismo en su máxima expresión.

El guion estuvo a cargo de Giovanna Pollarolo, quien para caracterizar los diálogos periodísticos decidió pasar una semana en un diario.

Francisco Lombardi le recomendó establecerse en el Diario El Sol, el periódico que desapareció con el siglo (31 de diciembre de 1999). Ojo, no confundir con uno que se puede ver hoy en los quioscos llamado El Sol del País. Lo único en lo que se asemejan es en una sílaba.

Ahora bien, si uno marca un símil entre la película y el libro se puede dar cuenta que el fotógrafo (Escalona) y chofer de la unidad móvil (Ortega) difieren de sus roles en cada formato. Es decir, mientras que el primero es hablador en el libro y callado en la película, el segundo es elocuente en la película y sosegado en el libro.

Pues esto tiene que ver mucho con la experiencia de Giovanna Pollarolo en el Diario El Sol. Y es que en la semana que estuvo en dicho periódico salió de comisión con el fotógrafo Daniel Silva y un chofer de quien el olvido ha recogido su nombre.

Pero bueno, resulta que Daniel era un hombre de pocas palabras, su mejor discurso lo expresaba con el lente de su cámara. Mientras que el chofer de la unidad se mostraba risueño y rimbombante.

Ello llevó a Giovanna a modificar los personajes del libro, sin miedo alguno, y con el mayor éxito que quizás pudo imaginarse.

Un periodista de aquel diario, conocedor de la historia, se atrevió a preguntárselo al mismo Franciso Lombardi hae diez años durante uno de los conversatorios sobre la película. ‘Pancho’ no tuvo reparos en admitirlo.

Cierre de quiosco…

El Diario El Sol fue un periódico del empresario minero Andrés Marsano Porras, el cual no se sometía a las exigencias de un mercado de aquel entonces que ya empezaba a venderse a la manipulación informativa del régimen fujimontesinista.