En estos días llegó a mis manos la revista editada por el Club de Periodistas del Perú, llamada ¡Qué tal! En ella encontré esta interesante historia que ocurrió en la redacción de AGRONOTICIAS, con ocasión del Día del Periodista.

Hablando de las causas que ha devaluado la imagen de nuestra noble profesión es ciertos ámbitos, hasta dar la impresión de ser ‘el más vil de los oficios’, los colegas presentes coincidieron en señalar que la principal es la infiltración de muchos aventureros que –por tener audacia o dinero para sacar un programa o una publicación- se reclaman “periodistas” sin serlo.

Entonces intervino Efraín Gómez Pereyra, hoy ‘reciclado’ como gerente de CONVEAGRO, para confirmar tal diagnóstico con el siguiente y risueño testimonio:

“Para redondear mi tesis de licenciatura, cada vez que visitaba el interior del país, indagaba sobre la situación de la prensa en cada localidad. Así, en Ayacucho me puse a conversar sobre el asunto con un colega de prestigio, quien al final de la charla me dijo, entre serio e irónico:

- Para que entiendas mejor cómo están las cosas, te diré que acá el pueblo moteja de ‘tragamonedas’ a ciertos ‘tombos’, por razones obvias, y dice que todos los ‘radioloros’ y escribientes sin moral se llaman indistintamente Héctor.

-¿Héctor? –le pregunté intrigado. A los que el colega contestó:

- Sí, Héctor Fulano, Héctor Zutano, Héctor Mengano… Así por el estilo, con sus apellidos completos.

Pero, ¿por qué? –insistí, aún más ávido de ver desentrañado el misterio. Y su respuesta no pudo ser más elocuente y desopilante:

- Porque todos esos son ‘¡Hectorsionadores!’