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Tras el culto de Sarita Colonia

Publicado: 2010-06-14

Hoy encontré una historia que puede resultar interesante o perturbadora, depende mucho de tus creencias religiosas. Resulta que pertenece al libro de Javier Arévalo, quien cuenta la leyó en un texto de Fernando Ampuero.

Esta relata sobre los usufructuarios de un culto religioso muy conocido en Lima: Los hermanos de Sarita Colonia. De cómo ellos la mataron, inventaron la historia de Cristo, se pusieron de acuerdo y cuando se les iba a venir encima la justicia, la ley cambió y la circunstancia política los favoreció. En consecuencia, existen un pueblo de homicidas impunes que administran y explotan el culto. Aquí el texto:

El mito dice que allá, en los años cincuenta, esta chica, que era una ultra pía, súper religiosa, regresaba a su hogar y de pronto, en uno de los callejones que rodeaban su precaria y miserable casa, aparecieron unos hijos de puta y quisieron violarla. No sé si la tipa era bonita, porque las estampitas nunca la favorecen, pero eso es irrelevante. El hecho es que cuando los tipos le arrancaron el calzón para perforar su santa anatomía se encontraron con que la mujer no tenía sexo. No tenía rasgos genitales, era lisa, sin hueco alguno, como una rodilla, como la entrepierna de una Barbie. Y ese es el fundamento de su culto.

Formalmente no es una santa. Para el pueblo lo es, pero para la Iglesia Católica es una farsa, la Sarita Colonia para el catolicismo es una cualquiera. Hicieron, hace poco, una exposición de arte religioso en la catedral de Lima, sobre imágenes marianas e invitaron a un grupo de artistas contemporáneos cuyo tema había sido también la Virgen María. Uno de los invitados fue el pintor Carlos Polanco. Polanco tuvo el atrevimiento de reunir en un cuadro a la Virgen María y a Sarita Colonia.

Claro, a nosotros no nos significa nada. Pero esas cosas fundamentales para la gente como el cardenal, a quien se le pusieron los pelos de punta. Tú ves un cuadro con una María al lado de una Sarita Colonia y normal no más. Pero tienes que ponerte en lugar de un cardenal, cuya vida y poder están fundamentados en este tipo de mentiras colectivas. Él ve a una choclona del Callao, a una beata convertida en santa por ladrones y microbuseros, y se le escarapela el cuerpo. Una zamba chalaca al lado de su virgen, blanquísima y pura María, ¡ni cagando! Si tolerara eso, mañana le hacen un Cristo junto a un santo gay con sida y tendría que aceptarlo debido a su antecedente. El cardenal mandó a desalojar el cuadro de mi amigo. Y casi lo excomulgan.

Y en el caso de Sarita, los hermanos pendejos se treparon al culto de la beatita. Es un culto S.A. Ellos venden las estampitas, reciben las limosnas. Los hermanos invirtieron en levantar un mausoleo al que acuden los fieles que, felices y necios como todos los fieles, regalan su plata a cambio de la esperanza de un milagro. Varios siglos después de que los curas católicos vivieran de vender pedazos de cielo, otros usufructuarios de la fe hacen lo mismo ahora.

Cierre de quisco. Ya se los había dicho en un post anterior, pero vale la pena repetir: vayan a buscar el libro Gracias, Señor, por tu venganza.


Escrito por

martinhidalgo

Periodista de La República. Twittero más que Facebookero. Hincha celeste y fumador empedernido.


Publicado en

Animus jocandi

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