A ustedes no les importará saber que se llama Jorge Vega. Todo el mundo lo conoce como ‘Veguita', el gran 'Veguita'.

Pues resulta que es el hombre más culto que he conocido a mi corta edad. Si lo vieras por la calle con sus libros bajo el brazo, tan solo pensarías que es un librero más. Pero vaya que estás equivocado, muy equivocado.

‘Veguita’ es lo más cercano a un narrador de cuentos. Recuerdan a aquel lúcido anciano del canal 2, quien te narraba de forma extraordinaria historias que te trasportaban a otro mundo. Pues, ‘Veguita’ nació para eso.

Bajo su brazo derecho siempre lleva un par de libros, revistas o documentos históricos; y con ellos una historia que contar. Jamás se atreve a venderte un libro sin antes contarte algo de su historia. A eso le suma ‘top secret’ sobre los personajes de la historia, o si tienes suerte sobre el autor de la obra.

Pero saben qué es lo mejor de todo: al mirarte sabe qué libro es para ti, sabe qué debes leer. Estira su mano con un libro, y te cuenta la historia. Al momento sabrás qué no perderás el tiempo en leer.

Pues bien, ‘Veguita’ es un miembro más de La República. Ha sido parte de la historia forjada dentro de esas paredes llenas de esencia periodística. Pero no siempre fue así.

Dicen que hubo una vez, allá por los años ochenta, que en la puerta del diario se le negó el acceso. ‘Veguita’ muy molesto pero con la paciencia de los sabios esperó al día siguiente.

Llegaba ‘Papá’ Mohme al diario cuando notó la presencia de ‘Veguita’ en la entrada del diario que forjó.

- Mi honorable amigo, ¿por qué esta usted afuera? – preguntó aquel ilustre hombre de cabellera blanca.

- No me dejan entrar, ingeniero Mohme.- respondió ‘Veguita’.

- ¿Qué cosa? – ya en tono mortificado.

Se acercó apresuradamente a la recepción y les dijo a los encargados:

- El señor que ven acá tiene pase libre. Puede entrar y salir cuantas veces quiere, a la hora que más le plazca. Sepan ustedes señores: La cultura no pide permiso.

Dicho y hecho: nunca más se le volvió a negar la entrada a ‘Veguita’.

Cierre de quiosco. Dicen que como ‘Veguita’, nace uno en mil años. Muchos desean su inmortalidad. Y también cuentan que fue un gran apoyo para el anecdotario de Pedro Escribano que les conté hace unos post atrás.